Del tajo en el que entraste
para hundirme en el mundo,
no saldrás. No lo lamento.
Atragantado de flores y murciélagos,
nada podrás decir.
Nada se dice abajo, en esa noche.
Los murciélagos rivalizan con los pájaros.
(Al tajo que me expulsó a este mundo,
sin pedirlo, no podría volver. No lo lamento.
Está tatuado en mí. Tracé el dibujo.
Atragantada por lo impronunciable,
lo convertí en el cuerno de mi propio unicornio.
Perforo, cuelgo, anudo, elijo el estandarte)
Mi sexo prensil te ha secuestrado.
Sellado con sus labios la salida de tu curiosidad.
No podrías estar mejor en otra parte.
Te como y tus astillas navegan por mis venas.
Ahora que ya me has visto desde adentro
supongo que no hay nada que quieras preguntar.
Imagen: Lucio Fontana, Concetto Spaziale, 1961.
Es impresionante, oscuro, hasta siniestro en sus deseos pero muy bello.
ResponderEliminarUn saludo.
Vaya, eso del sexo prensil ha estado muy bien.
ResponderEliminarMuy bonito el poema, todo.
Abrazo.
Es una escultura, tallada con tanta delicadeza! Me dejó impávido. Es una de esas canciones eternas que no podés dejar de cantar. O el regodeo en el tajo.
ResponderEliminarPrecioso poema y preciosa la imagen que lo acompaña...
ResponderEliminarUn abrazo
Oscuro,...tan...tan deseable,.
ResponderEliminarTe ví en el blog de minerva, y he aquí, que he descubierto una mina de sensaciones oscuras, directas, salidas de las entrañas, me ha encantado, me ha fascinado. Enhorabuena por dejar estas perlas ensangrentadas de pasión.
ResponderEliminarUn saludo.
hermoso, "profundo"...y atrapante!
ResponderEliminar"Ahora que ya me has visto desde adentro
supongo que no hay nada que quieras preguntar."
me encantó
Clarísimo sin necesidad de decir palabras öscuras¨.
ResponderEliminarBuen poema.
Muy ¨profundo¨ sin necesidad de palabras ¨oscuras¨.
ResponderEliminarBello poema.
Saludos.
Fuck.... great! Me encantó ese poema vaginal-carnívoro!
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